Cómo diseñar una casa de terror no suele ser la pregunta que normalmente se hacen los arquitectos, y con terror no nos referimos al Hórror vacui. Estamos acostumbrados a hablar de las emociones que provoca un color, una forma, una iluminación, etc. En los resultados positivos que se producen en los pacientes de un hospital al aplicar color, o en los empleados de una oficina a introducir elementos naturales en los espacios de trabajo, pero no en generar ansiedad e incertidumbre.
El año pasado por estas fechas planteamos las necesidades arquitéctonicas para sobrevivir a una invasión zombie, planteando una arquitectura defensiva que además cubriese las necesidades básicas de sus habitantes. Este año hablamos de arquitectura de emoción, y el miedo es una de ellas.
Ubicación de nuestra casa de terror
Lo primero será ubicar nuestra casa de terror. La mayoría de opiniones coinciden en que debemos ubicar nuestra casa en una zona aislada, es maravilloso disfrutar de la naturaleza en un lugar recóndito alejado del bullicio de la ciudad, pero la cosa se complica cuando nos acecha un asesino en serie y estamos aislados sin cobertura y fácilmente nos pueden dejar sin luz.
Además, cualquier sonido propio de dicha ubicación como el de los animales o el viento soplando a través de los árboles puede ponernos en estado de alerta.
Diseño de nuestra casa de terror
Deberán primar las formas agresivas y poco amigables como aristas, ángulos agudos, formas alargadas e interminables en una edificación cuyas grandes dimensiones nos engullan y nos hagan sentir pequeños en un espacio poco acogedor.
No puede faltar un pasillo, largo y estrecho, y una buhardilla donde poder acumular secretos, objetos extraños o antigüedades que nos pongan los pelos de punta, Podemos recurrir a los clásicos como baúles, muñecas de porcelana y espejos de otra época. Tampoco puede faltar un sótano oscuro donde ubicaremos el cuadro de luces y una habitación secreta destinada a la tortura, que únicamente será detectada por personas muy sagaces gracias a las corrientes de aire.
Asimismo, deberíamos proyectar una estancia con al menos dos accesos donde podamos ser sorprendidos desde varios ángulos. Por lo general los asesinos en serie actuan solos pero siempre hay excepciones.
Paisajismo
Nuestra casa de terror de día tiene que ser idílica y atraer a posibles compradores o en este caso victimas, pero de noche el cuento cambia. Por lo que incorporaremos una piscina u estanque en el exterior que refleje las sombras del entorno con el objetivo de confundir a nuestros sentidos.
También podemos incorporar un columpio o ruleta para que los espíritus que habitan nuestra casa los balanceen y giren cuando todo está en calma.
Color y materiales de nuestra casa de terror
Elegiremos colores apagados y oscuros, donde las sombras y manchas de sangre se camuflen, y nos generen una sensación de vacío debido a la falta de contraste que nos enjaula.
Respecto a los materiales nos decantaremos por la piedra natural y la madera, que sea de terror no significa que no pueda tener elementos sosteibles y respetuosos con el medio ambiente. Por sus características elegiremos piedras como el granito, la pizarra o el basalto. Un suelo de madera que cruja a nuestro paso es obligatorio en nuestra casa de terror, emplearemos maderas oscuras tipo wemgué, nogal o roble oscuro.
Iluminación
Cálida y tenue que, en general, no destaque ningún elemento. En caso de querer destacar algún elemento nos decantaremos por un expositor de cuchillos en la cocina, una urna o un candelabro.
Esta es nuestra aportación para llevar a cabo una casa de terror pero, como siempre, admitimos sugerencias. ¿Qué elementos crees que podemos incorporar que pongan los pelos de punta? te leemos en comentarios.