Edificios grises, pasillos estériles, habitaciones compartidas. Esta es la imagen tradicional que todos tenemos de los hospitales, pero esto poco a poco va cambiando y estamos entrando en una nueva era.
La arquitectura hospitalaria evoluciona creando espacios más parecidos a hoteles que a hospitales: habitaciones privadas, jardines e instalaciones. La buena noticia es que esta revolución está traspasando las barreras de los centros privados para llegar a los centros públicos que poco a poco están adaptándose a los nuevos conceptos y centran la atención en el paciente y sus necesidades. No solo crear espacios confortables y relajados hace que sea más fácil atraer y retener a todo el equipo médico sanitario.
Minimizar la distancia entre la sala de enfermería y las habitaciones, mejorar la acústica o la búsqueda incesante de nuevos materiales y espacios para reducir el peligro de infecciones ponen a los constructores y diseñadores delante de nuevos y apasionantes desafíos.
Un estudio profundo de las patologías o un dialogo con el enfermo y sus familiares hacen que los nuevos centros sean cómodos y seguros, donde el estrés se reduce al mínimo y hacen la estancia más llevadera.
Unos de los grandes éxitos en este tipo de arquitectura ha sido el acercar la naturaleza al paciente para que puedan disfrutar de luz natural y de vistas a jardines exteriores cuidados hasta el mínimo detalle o la utilización de piedra y madera dentro de los edificios.
Hace tan solo unos años estos proyectos parecían utópicos, pero hoy se han hecho realidad y los expertos en la materia prometen continuar en la investigación para seguir creciendo y mejorando en este ámbito.

 

Imagen: Apremy