La luz natural aporta un activo básico en el bienestar de las personas y eso tiene que verse reflejado en los lugares que estas habitan.
A demás de ser un ahorro constante de energía, aporta su granito de arena en la consecución de una arquitectura sostenible, mejorando la salud de las personas y la habitabilidad de los edificios.
Como bien decía el maestro Gaudí “la arquitectura es la ordenación de la luz; le escultura es el juego de la luz”. Y es que la luz natural siempre debe estar presente en nuestras vidas, no solo por temas de salud, sino también por la sostenibilidad.
Los estudios en este ámbito demuestran que las personas que trabajan en ambientes donde reina la luz natural, son un 20% más eficientes y cometen alrededor de un 15% menos de errores. En cuanto al ahorro energético, se estima que es de un 20%, afectando a la calidad del sueño y del bienestar, mejorándolos de forma contundente.
Jugar con los recursos naturales y optimizarlos, trae numerosos beneficios tangibles, a bajo coste, por lo que debe ser bien aprovechado por los proyectistas. No hay que olvidar el estudio previo de los factores ambientales de la localización, como el tiempo y las condiciones atmosféricas donde se va a realizar la construcción, pues la luz en algunos lugares es más escasa que en otros, y se debe proyectar de distinta manera.
La luz y el color van muy de la mano, por lo que también es necesario conocer el efecto que hace sobre un edificio, según la gama de colores.
La luz natural puede entrar de la bóveda celeste o directamente del sol. También hay que contar con el reflejo de las superficies exteriores, como edificios enfrentados y el suelo.
Los sistemas de iluminación natural en arquitectura pueden ser de tres tipos:
- Iluminación lateral: ilumina desde la abertura de un muro lateral, por eso la iluminación del plano cercano a la ventana tendrá un nivel alto que irá disminuyendo cuanta más distancia haya entre la persona y la ventana.
- Iluminación central: la luz llega desde el techo hasta cualquier superficie superior. Esta modalidad ofrece la ventaja de la alta cantidad y calidad de luz.
- Iluminación combinada: aprovecha los suministros de luz, ya sea cenital o lateral a través de aperturas en mamparas, vanos, pergolados, etc.
Con un buen diseño de iluminación, conseguiremos muchos beneficios, tanto en espacios residenciales como en laborales:
- Es la luz que mejor se adapta al ojo humano, evitando la fatiga visual.
- Disminuye el absentismo.
- Irradia menos calor que la artificial.
- Aumenta la productividad y capacidad de aprendizaje.
Si quieres obtener más información sobre el aprovechamiento de la luz natural en la iluminación de edificios, te dejamos el enlace en la fuente.
FUENTE: IDAE
IMAGEN: ILUMINET